Vive, espera, se realizará el adviento

La voz de Juan no se ha callado. Hoy como entonces, nos sigue gritando y proclamando el mismo mensaje:
Dios es adviento... Preparadle el camino... Dejadle que entre en vosotros, en vuestra familia, en vuestras casas. Nosotros, los comprometidos con la vida, no podemos dormirnos en la historia. El adviento es una realidad de cada momento que exige también, respuesta en cada momento. Somos los elegidos para ser los profetas de hoy, que vivan el mensaje de Juan, y lo griten en todos los rincones de la tierra. Ese fue nuestro compromiso, y esa es la exigencia de un mundo con el que nos comprometimos públicamente. Nuestro mundo, espera nuestra respuesta.