En estos días previos a la apertura de la web, la Orden de la Inmaculada Concepción ha recibido dos gratas noticias de Roma. Por una parte la Penitenciaria Apostólica ha decretado la Indulgencia Plenaria con las habituales condiciones debidamente observadas, para el Año Jubilar del V Centenario de la Regla. En segundo lugar, la Comunidad de Hermanas Concepcionistas de Campo Maior y mas en concreto la Archidiócesis de Evora (Portugal), ha recibido un decreto de la Congregación del Culto Divino por el que se concede corregir en los libros y documentos litúrgicos que el lugar de nacimiento de Santa Beatriz, después de las investigaciones históricas que confirman a su vez la tradición oral, es Campo Maior. Durante mucho tiempo se había mantenido que Santa Beatriz podía haber nacido en Ceuta, ciudad perteneciente al Reino de Portugal en el S. XV y en la que su abuelo, D. Pedro de Me¬neses fue primer capitán. Allí residió la familia un periodo de tiempo. La tradición oral y escrita como es la noticia autobiográfica de Juana de S. Miguel, apuntaban hacia la villa del Alentejo portugués. Las investigaciones de D. José Felix Duque, discípulo del Padre Sousa OFM, publicadas en su libro “Doña Beatriz da Silva, vida y obra de una mujer fuerte”, siguiendo esa tradición, han iluminado ciertas lagunas que existían sobre la biografía de Santa Beatriz y han puesto de manifiesto mas datos e información acerca de la familia Silva Meneses. Nos alegramos por estas buenas nuevas en el año celebrativo del V centenario y felicitamos a la Comunidad de Campo Maior que tanto ha insistido y luchado por esclarecer este tema. Un buen preámbulo para la preparación y solemnidad de Nuestra Madre Inmaculada. Demos gracias a Dios.
Llega el tiempo de Adviento. Es un tiempo litúrgico que la Iglesia nos presenta como preparación a la Navidad. Tiempo de esperanza, de preparación, de estar vigilantes, de atención, de escucha y también de alegría porque quien siente esperanza de Algo Nuevo, de Alguien que viene a traernos lo que más necesitamos, entonces lo hacemos todo pensando en la alegría de ese “encuentro”. En el Evangelio de este primer domingo, nos vamos a encontrar con tres palabras que nos pueden ayudar a ponernos en situación para emprender este pequeño viaje que es el Adviento, llevándolas en nuestra mochila, como en pequeñas tablillas para, de vez en cuando, recordarlas y hacer lo posible para no perderlas de vista. Las palabras son: *Permaneced despiertos *Entended *Estad preparados Incluso en sentido humano, cuando te estás cayendo de sueño y encima te sientes cansado, agobiado, preocupado… y mil cosas más, lo mejor que nos puede pasar es dormirnos y olvidarnos por un rato de todo lo que nos estresa y nos molesta. En las cosas del espíritu llega también ese momento en que nos puede el sueño y el cansancio y nos sentamos en cualquier banco interior para ver pasar la vida con su historia y acontecimientos. Pero, llega hoy el evangelista Mateo y nos dice: “PERMANECED DESPIERTOS”. No dejemos pasar esta oportunidad, preparemos nuestro bastón, nuestras sandalias y nuestra mochila de peregrinos y estemos prestos para vigilar el sendero que, día a día, nos va a ir presentando el Señor hasta llegar al “encuentro” en Belén. Procuremos que nuestro bastón sea fuerte, como lo fue la fe de María, la Madre de Jesús; que nuestras sandalias sean ligeras como lo fue la caridad hecha servicio en María para ir veloz en ayuda de su prima Isabel, y que nuestra mochila lleve lo mínimo para que su peso no nos vuelva soñolientos e indolentes en el camino. Eso sí, no olvidemos introducir en ella algo muy útil que nos será de plena necesidad: la “escucha de la Palabra de Dios”, la “comprensión con los que también hacen el mismo camino” y la “paciencia para aceptarnos y aceptar a los que nos rodean”.
En la Federación Betica Santa María de Guadalupe abrimos una ventana a las nuevas tecnologías y nos asomamos a ese mundo inmenso que es Internet con la apertura de esta sencilla página.
Es motivo de gozo ver realizado un deseo que desde hace tiempo veníamos albergando entre las hermanas: tener nuestro propio espacio web para darnos a conocer como Orden, como familia federal, como hermanas Concepcionistas llamadas a encarnar hoy el carisma inspirado a Sta. Beatriz.
Cumplimos precisamente el año próximo cinco siglos de existencia en la Iglesia (1511-2011), una edad nada desdeñable, repleta de historias, acontecimientos, generosidad, entrega, experiencia orante y vida, especialmente Vida en el Espíritu. Nos han acompañando en este camino de seguimiento a Cristo, y lo siguen haciendo, dos mujeres importantes: María Inmaculada y Beatriz. La primera es nuestra razón de ser, aquella a quien van dirigidas todas nuestras miradas en las diferentes dimensiones de nuestra forma de vida. Sin la segunda, sin su fidelidad, no hubiéramos nacido como Orden. Ellas estarán presentes de una forma especial en esta página.
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